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Tipos de lámparas

¿Por qué hay tantos tipos de lámparas?, ¿Cuántas formas de LEDS hay?, ¿Cuál es el problema del uso de LEDS?... Y, entonces, ¿Cuáles elijo?

Conocer los tipos de bombillas –focos o lámparas- que existen hoy es de gran utilidad para el bolsillo y para el medio ambiente. Con esta información, podrás elegir con criterio y de acuerdo a tus necesidades, te permitirá ahorrar en el consumo de luz, y de esa manera, podrás contribuir a la protección del medio ambiente con focos menos contaminantes y adoptar la costumbre de usar la luz de modo más eficiente.

Dependiendo del país, se puede generalizar porcentajes de consumo diferenciado: en hogares, 18%; oficinas y negocios, 30%. Teniendo en cuenta la dependencia energética de la sociedad actual, es vital entonces conocer los tipos de focos para optimizar al máximo su consumo.

Desde 1994, el mundo usa masivamente LED (Light Emitting Diode o diodo emisor de luz, en español). En la actualidad, se pueden distinguir tipos básicos como: LED DIP o Dual In-Line Package, LED SMD o Surface Mounted Diode, LED COB o Chip on Board. Pero la diversidad de tipos de lámparas LED es una combinación de las necesidades del mercado, las posibilidades técnicas, las preferencias de los usuarios y los avances tecnológicos. Esto permite que las lámparas LED sean una solución versátil. Algunas razones más específicas que explican la variedad:

  • Aplicaciones puntuales: Es decir, diseñadas para diferentes usos y entornos. Las  utilizadas en iluminación residencial pueden tener un diseño más estético y enfocado en el confort visual, mientras que para iluminación industrial, se prioriza la eficiencia y la resistencia.
  • Bases y casquillos distintos: Las lámparas LED también vienen en diferentes tipos de bases o casquillos para adaptarse a diversos tipos de portalámparas y luminarias existentes.
  • Formas y tamaños para diferentes aplicaciones: Hay variedad de formas y tamaños, adecuadas para diferentes aplicaciones de iluminación.
  • Flujo luminoso y ángulo de haz: Las lámparas LED pueden variar en la cantidad de luz que emiten y en el ángulo de haz de luz que proyectan. Algunas emiten luz en una sola dirección (dirigida) y otras dispersan la luz de manera más amplia (omnidireccional o de haz amplio).
  • Temperatura de color: Dada la amplitud cromática, algunas son más cálidas (tonos amarillos o blancos cálidos) y otras más frías (tonos blancos o azules) y la gama intermedia.
  • Avances tecnológicos: La tecnología LED está en constante evolución, lo que da lugar a permanentes innovaciones, mejoras en eficiencia y la aparición de nuevos tipos de lámparas.

Pero el LED no es el único tipo de lámparas que existe. Sintéticamente, mencionaremos:

  1. Bombillas incandescentes: Las lámparas incandescentes son las más tradicionales. Producen luz calentando un filamento. Son bombillas que desperdician mucho calor y, por ende, las menos eficientes del mercado en relación al consumo y la luminosidad. De vida útil muy reducida, raramente superan las 2.000 horas de iluminación. Debido a su alto consumo y a la pobre eficiencia energética que ofrecen, el mundo ha optado por migrar al uso de tecnología LED, de forma masiva.
  2. Bombillas halógenas: Son muy parecidas a las incandescentes. El mecanismo de funcionamiento es el mismo pero las halógenas incorporan este gas en su interior, un elemento que las hace más eficientes a nivel energético. Se encienden al instante y tienen gran capacidad de iluminación. Luz potente, ideal para trabajar o enfocar puntos concretos. Consumen en torno a un 40% menos que las incandescentes. Sin embargo, uno de sus inconvenientes es que emiten mucho calor. La Unión Europea prohibió su uso desde el 1 de septiembre de 2018, por lo que las lámparas con bombillas halógenas dejaron de ser una alternativa lumínica.
  3. Bombillas fluorescentes: Este tipo de bombillas están basadas en una tecnología eficiente, consistente en combinar gases y sales que emiten luz cuando contactan con una corriente eléctrica. El consumo de estas lámparas puede ser hasta un 80% menor que el de las incandescentes, es decir, eficiencia luminosa muy buena. La duración que puede oscilar entre 5.000 y 7.000 horas. Desventajas: son de mayor costo respecto a otras bombillas menos eficientes. El tiempo de encendido no es instantáneo y tanto los casquillos como su instalación requieren de portalámparas especiales.
  4. Bombillas fluocompactas: Son lámparas que utilizan una tecnología parecida a los tubos fluorescentes, pero con la diferencia que las fluocompactas cuentan con casquillos similares a otras bombillas, pudiendo ser colocadas en espacios pequeños. Su gran desventaja es que tienen ciclos de encendido y apagado inferiores al resto. Por lo tanto, no son recomendadas para baños o espacios de paso.
  5. Bombillas LED: En la actualidad, las luces LED son la alternativa más interesante, indiscutidamente. Su consumo referente a los lúmenes que genera son bajos, pueden controlarse con diferentes dispositivos, tienen una enorme duración de hasta 50.000 horas y no emiten ningún calor. Eficiencia energética, bajo impacto en el medio ambiente. Emiten una luz anaranjada porque es la que menos se dispersa en la atmósfera. Y las luminarias más respetuosas son aquellas que no emiten luz en el hemisferio superior. De esta forma minimizan su impacto en el aumento del brillo del cielo nocturno.

 

El problema de los LEDs blancos

Para aparecer en el mercado, se fabricaron muchísimos dispositivos LED, que se vendieron como solución frente al despilfarro energético del alumbrado público, entre otras cosas. Y es cierto: se produjeron LEDs blancos que ahorran mucha energía en comparación con las lámparas de vapor de sodio, que antes inundaban las calles. Sin embargo, no se tuvo en cuenta que la luz blanca es más contaminante desde el punto de vista de la contaminación lumínica, ya que es la que se dispersa con mayor facilidad en la atmósfera y la que más afecta al equilibrio de los ecosistemas y a nuestra salud.

Había que buscar dispositivos led de un color más cálido. El problema es que la eficiencia energética de los LEDs ámbar, más anaranjados y cálidos, es prácticamente la misma que la que tenían las lámparas de vapor de sodio de alta y de baja presión anteriores.

Entonces, ¿ha servido para algo este cambio? Desde el punto de vista de la contaminación lumínica, el cambio a lámparas led blancas ha agravado el problema. Y, en cuanto a la eficiencia energética, ha provocado un efecto rebote: el ahorro energético que supone el uso de esta tecnología, ha llevado a usuarios a instalar más puntos de luz o a mantener más tiempo encendidos los que ya existían.

Por tanto, si queremos evitar la contaminación lumínica, debemos: 1. utilizar lámparas LED ámbar para, al menos, poder beneficiarnos de las ventajas que tiene esta tecnología reciente. 2. Reducir el consumo de luz, ser ordenados con los tiempos en que realmente se precisa luz y apagar siempre que no se utilice.

 

Ahora, ¿cómo elegir un foco?

Que los muchos tipos de bombillas no te confundan. Existen para dar solución, no para crear problemas. Estas son algunas recomendaciones para elegir la lámpara que más se ajuste a tus necesidades:

  • Conocé el consumo de la bombilla según la cifra de los vatios, señalada con “W”. También debes fijarte en la etiqueta energética: siendo A++, será más eficiente que una A+.
  • Para descubrir cuánto ilumina una lámpara, observá los lúmenes (lm). Cuantos más tenga, más ilumina.
  • Observá la cifra indicada en la bombilla con la letra “K” (grados Kelvin). Este valor indica la temperatura del color: cuanto menor sea, más calidez tendrá la luz. Una luz cálida es de 2.700 a 3.500 K, ideal para ambientes acogedores (dormitorios, recibidores y salones); la luz neutra es de 3.500 a 4.500 K, se recomienda para baños y cocinas; una luz fría, de 4.500 K a 6.500 K, se utiliza en oficinas.
  • Según las horas diarias que enciendas una bombilla, podés calcular su duración. Por ejemplo, las bombillas LED con 10.000 horas de durabilidad, permaneciendo 3 horas encendidas al día, pueden alcanzar 10 años de vida útil.
  • Tipo de casquillo: la gran mayoría de portalámparas requieren focos con casquillo de rosca. Para focos en riel, empotrables y en serie, se utilizan casquillos distintos. Por otro lado, los proyectores de exterior y las lámparas de pie suelen llevar bombillas pequeñas, rectas y alargadas, con casquillos también diferentes.

  • Para tener una luz focalizada en un punto concreto, buscando destacar un cuadro o cualquier otro elemento, te interesará una bombilla con ángulo de apertura cerrado.

Si querés que la luz tenga un mejor reparto, mayor espacialidad, optá por una bombilla con gran ángulo de apertura, perfecta para iluminar amplios espacios.

Los tipos de iluminación que existen son: iluminación general, puntual (o focal), de ambiente y decorativa.

Ahora que sabés mucho más, tenés toda una vida para decidir iluminar con mayor eficiencia, no sólo pensando en tu necesidad, sino también en lo más conveniente para el planeta.

 

Fuentes:

www.faro.es

blogs.20minutos.es

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